12 de marzo de 2012


¿De qué sirve que te diga que no dejo de pensar en ti desde que me despierto?
¿De qué sirve que a veces no puedo ni pensar con claridad ni hacer bien mi trabajo como es debido? 

Explícame qué gano diciéndote que únicamente siento miedo, como los demás, cuando pienso en tantas y tantas cosas que me hacen daño. 
Esa es la razón por la que estoy sentada aquí, en el suelo de mi cuarto a las 1:30 de la madrugada, con esta luz tenue con la que alguna que otra noche compartimos sentimientos..
Temo por esa seguridad tuya, en mi.. y que ésta esté por encima de todo. 

Y también me pregunto:  
¿bailaré con quien quiero en mi noche de bodas?


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